viernes, 2 de enero de 2009

Lo que hace falta es pasión

Gary Hamel, en El Futuro del Management (PAIDÓS, 2008), plantea que las capacidades humanas que más contribuyen al éxito competitivo de una empresa se pueden clasificar en una jerarquía:

PASIÓN: 35%
CREATIVIDAD: 25%
INICIATIVA: 20%
INTELECTO: 15%
DILIGENCIA: 5%
OBEDIENCIA: 0%

La obediencia, seguir las normas marcadas por otros, estaría en la base de la pirámide. A continuación vendría la diligencia, ser responsable y meticuloso. El tercer peldaño sería el intelecto, las ganas de mejorar en capacidades y aprender. El cuarto es la iniciativa, buscar nuevos retos y formas de aportar valor. El quinto es la creatividad, que nace de una irrefrenable curiosidad. Finalmente, nos encontramos con la pasión, capacidad que aunque puede llevar a cometer grandes estupideces, permite convertir las ideas creativas en grandes éxitos; las personas apasionadas superan obstáculos y no se rinden.

Respecto a la clasificación que realiza Hamel, comentar que evidentemente la obediencia tiene cierto valor, sin determinadas normas las empresas serían anarquías. Pero lo cierto es que la obediencia, como la diligencia y la experiencia se pueden comprar muy baratas, son características de las personas que no marcan la diferencia.

¿Estás de acuedo con Hamel? ¿la obediencia vale algo?

1 comentario:

  1. Muy de acuerdo con la jerarquía expuesta.
    Sin pasión se pueden hacer muchas cosas pero cuando surgen problemas e imprevistos es fundamental.
    La obediéncia podríamos sustituirla por método.
    En cuanto al intelecto creo que con creatividad y pasión serían suficientes. Siempre se puede formar a futuros talentos.

    Un saludo y felicidades por el blog. Muy bueno.

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